El 41 % de la población adulta española participa en cursos de formación continuada, el séptimo porcentaje más bajo de los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), según un estudio que ha presentado hoy la Fundación Jaume Bofill.
Según ha informado el director de la fundación, Ismael Palacín, “el estudio compara los datos de las encuestas de la OCDE sobre el Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de los Adultos (PIAAC) entre España y otros países para analizar cómo el rendimiento del sistema educativo se traslada al mundo laboral”.
El informe ha demostrado que tanto la formación inicial como la continua son factores muy importantes para promover la ocupación, ya que España es uno de los países de la OCDE con más paro y con uno de los niveles de competencia en lectura y matemáticas más bajos.
Respecto a la baja formación de los españoles, el coordinador del estudio, Òscar Valiente, ha subrayado que la tasa de abandono escolar es alta, de modo que “la adquisición de competencias en lectura y matemáticas dependeré en gran parte de la formación a lo largo de la vida”, ha insistido.
Según el estudio, los españoles con menos comprensión lectora tienen una tasa de paro de alrededor del 38 %, mientras que la población española con alto nivel de comprensión lectora tiene una tasa de paro del 17 %.
En cuanto a las condiciones laborales, el informe también ha demostrado que los trabajadores con estudios superiores tienen más acceso al sector público, a contratos a tiempo completo e indefinidos y a lugares de trabajo mejor remunerados.
Respecto a la relación entre la educación y el mercado laboral, Òscar Valiente ha advertido que el 27 % de los trabajadores españoles están sobreeducados, es decir, que “su nivel educativo está por encima del que se requiere en su lugar de trabajo”.
Otro miembro del equipo que ha llevado a cabo el estudio, Jorge Calero, ha aclarado que “el concepto sobreeducación no significa que haya demasiada educación y formación, sino que el mercado de trabajo no aprovecha las competencias de los trabajadores”.
Valiente ha añadido que “hay demasiados puestos de trabajo que requieren un bajo nivel educativo” y Palacín ha concluido que, “cuanto más exigente sea el mercado de trabajo, mejores competencias tendrá el sistema educativo”.
Fuente: La Vanguardia